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ALMA SINGER TAKE ME OUT

Japan on the road | Matsuyama

  • 26/1/16 -

PLAY | Everybody Talks – Neon Trees


¡Muy buen día chicos! ¡Qué buenísima onda que sooooon! Qué buena recepción tuvo la introducción al viaje, sus comentarios me llenaron de alegría. ¡Gracias totales por estar y estar con la mejor siempre! Les cuento cómo seguimos :) A partir de hoy haremos el viaje en orden cronológico, así que dividí las ciudades en días y se me ocurrió hacer un mini cuestionario por ciudad con su info básica como para situarlos.


Tenemos el placer enorme de empezar el viaje en Matsuyama, ciudad de Pao, de su marido Takeshi, del pequeño samurái Facu y del pequeño samurái II que todavía está en la panza practicando sus primeras pataditas :D Este no fue un punto más en el mapa ni una ciudad para tachar de los pendientes: esta parada fue un sueño y sin dudas las coordenadas más emotivas del viaje.


Breve resumen: conozco a Pao desde hace fácil cuatro años y nos conocemos por nuestros blogs. La buena onda que siempre existió online cobró energía real el primer viaje que Pao hizo a Argentina, y cada vez que viene a pasar veranos / otoños acá, nos vemos seguro, nos juntamos como amigas de toda la vida, charlamos largo y tendido, y nos prometemos volver a vernos pronto, tan pronto sea posible. En uno de nuestros encuentros Pao me regaló una manual inglés – japonés de bolsillo genial (¡SIEMPRE me regala una millonada de cosas!). Estaba encantada con mi regalo pero honestamente nunca se me ocurrió que podría ponerlo en práctica. Viajar a Japón me parecía un imposible, demasiado lejos, demasiado caro (bueno, ya se los conté mil veces…). Pero el manual quedó ahí, a mano, en mi estante de guías de viaje; como si supiera que poco tiempo después sería desempolvado y reposicionado en la mochila de viaje. Ese manual representa que los imposibles no existen, y que la vida siempre te da buenas sorpresas. Viajar a ver a mi amiga argentina en su Japón por elección fue la sorpresa más grande y hermosa de mis últimos cinco años. ¡Muchísimas gracias querida Pao por tirar el anzuelo que me llevó allá! ¡Y gracias por vivir en una ciudad tan genial!



Básicos de Matsuyama

Fecha: 13 de Diciembre 2015.
Cómo llegamos: Tomamos un vuelo de Jetstar del aeropuerto de Narita en Tokyo hasta Matsuyama (casi dos horas de vuelo).
Dónde dormimos: ¡En la casa de Pao y Takeshi! ¡El departamento más tierno del mundo entero!
Sensación general de la ciudad: Fue nuestro primer contacto con Japón, y tuvimos el privilegio de tener anfitriones de lujo, súper atentos y con un muy buen timing para llevarnos a ver la mayor cantidad de cosas posible en prácticamente 10 horas (¡y sólo cinco con luz natural!). No tengo una sensación de Matsuyama como ciudad porque no la “caminamos”, pero sí construimos una idea a través de sus puntos de interés más importantes. Y por lo que vi en este rally, me dio la sensación que es una ciudad tranquila, serena, súper limpia (como luego descubriría que es limpio todo Japón), ordenada y respetuosa. ¡Y silenciosa! No es un dato menor, ya les contaré por qué. Matsuyama se reveló amable y nos dio la bienvenida sin abrumarnos ni sobre estimularnos. ¡Y eso que hicimos un montón! En fin, es una ciudad que me dio mucha paz, y tiene presencia de mar, lo que la convierte en una de mis favoritas ;)
La joyita: La aerosilla para subir al Castillo de Matsuyama :D ¡No apta para gente que sufre de vértigo! ¡Una ronda maaaaaas! Y si me pongo seria, sí, el Castillo de Matsuyama. Está perfectamente conservado y revela un Japón feudal auténtico (no como el torre del Castillo de Osaka…).
Algo increíble: El culto a la mandarina. La mandarina es la fruta de la región, y la celebran en todo tipo de producto, comestible y no comestible. Pao me regaló una washi tape con mandarinas para recordarla para siempre :D
Qué fue lo mejor que comimos: Me cuesta decidir entre el sushi de pasarela del almuerzo o la cena súper especiada típica japonesa con un twist orgánico y saludable. Me parece que esta pregunta se me va a complicar siempre #gordaforever :p
Qué fue lo mejor que compramos: Acá tengo que cambiar la consigna y poner “qué fue lo mejor que Pao y Takeshi nos regalaron”: TODO. Su tiempo, su generosa y cálida hospitalidad, su gloriosa selección de comidas en cada parada gastronómica, TODAS las invitaciones (bochorno, ¡no nos dejaron pagar nada!). Y como si todo esto fuera poco, nos bañaron en regalos recontra bien elegidos para cada uno. ¡Papá Noel existe y vive en Matsuyama!
Ciudadano ilustre: ¡Facuchan! El pequeño samurái Facu es tan lindo que te lo mofarías a besos las 24 horas del día. Es súper bueno, cariñoso, gracioso y está tan lleno de pilas y risas que es el antídoto perfecto para cualquier jet lag. ¡Facuchan sos lo más!

Links de utilidad:
¡Nuevo link aportado por Pao! Se trata del grupo de Facebook Love Shikoku (la isla donde queda Matsuyama). Pao nos cuenta lo que hay: "tiene actividades, desde la experiencia de extranjeros, de esta islita remota que hoy es nuestro hogar. Y es organizado por las gobernaciones de las cuatro prefecturas de Shikoku en sintonía con el Ministerio de Turismo de Japón". Hagan click acá para ver esta valiosa data ;)



La ronda…




Los chicos nos levantaron en el aeropuerto de Matsuyama, que me hizo acordar al aeropuerto de Ushuaia. Es muy chico si lo comparamos con Narita, de Tokyo, y me dio la sensación de ser más familiar.  Lindo recibimiento :)

Almuerzo en restaurante de cadena local
Como llegamos al mediodía los chicos nos llevaron a un restaurante típico de sushi de pasarela: hay una pasarela automática que circula platitos con sushi. El valor de cada plato está dado en su color o estampa, entonces, vos elegís todos los platos que querés y, al “pedir la cuenta”, el mozo te cuenta los platos y te da el total de lo consumido para que vayas a pagarlo a la caja (en todos los restaurantes que vimos de Japón es así: el mozo te arma la cuenta y la pagás vos en la caja). En este lugar además tenían unas vías especiales para un “trencito” que despachaba los platos especiales pedidos en la Tablet que había en la mesa. Takeshi pidió una barbaridad de cosas para que probáramos de todo. ¡El trencito no paraba de venir!



Salsa de soja, salsa agridulce, té en saquitos de tela, algas disecadas, palitos, platitos, sal, escarbadientes… los imprescindibles de una mesa japonesa. Y no tengo foto acá pero en todo Japón te dan agua con hielo cortesía de la casa y además toallitas húmedas para que te limpies las manos antes de comer.





Todo estuvo ESPECTACULAR, súper sabroso y abundante. Y comprobé que no me gusta el caldo en Argentina ni en Japón :/ ¡Qué bronca me da que no me guste el ramen!  


Visita y vistas del Castillo de Matsuyama
Después de comer fuimos a conocer el Castillo de Matsuyama, aprovechando las últimas luces del día. El paseo comienza en la “planta baja”, en la base del monte donde fue construido el imponente castillo…


Ahí comprás el ticket para subir en aerosilla o en funicular. Mr. P y yo fuimos en aerosilla, wiiiiiiiiii :D  


Mr. P encaneció del susto :p

Una vez que llegás a la base del castillo, igual tenés que seguir subiendo más y más, y más… cómo les gusta subir a los japoneses jejeje.



Y cuando llegás a la gran vista del castillo, rodeada de árboles en tonos otoñales sentís que todas las subidas valieron la pena :D






Para entrar al castillo tuvimos que sacarnos los zapatos, y ponernos una especie de pantuflas de plástico (onda crocs pero sin agujeros y más finos). Y ahí volvimos a subir, pero esta vez escaleras empinadísimas con escalones altos y re cortos en profundidad. Fue un milagro que no me pegara un patinazo, soy demasiado torpe para castillos feudales :) Más alá del “turismo aventura”, me encantó el castillo. Está re bien conservado y se respeta su identidad. Como está construido es una cosa de locos, maderas encastradas súper resistentes y robustas. Toqué cada veta que pude para tocar un poco de historia… ¡Y la vista del castillo no tiene precio! Toda Matsuyama rendida a sus pies.






Volverte loca en iori
Antes de ir a buscar el auto para seguir la ronda, entramos en este negocio fabuloso que queda justo al lado de la entrada a los medios de elevación que te llevan al Castillo. Este lugar se especializa en las toallas individuales con estampas divinas, son típicas japonesas y, según Time Out, parece que ahora están siendo revalorizadas, así que están de moda. Pao me contó que es habitual que los japoneses lleven consigo estas toallas (son chiquitas), y viendo que en muchos baños públicos no hay con qué secarse las manos, ¡es comprensible que lleven su propio recurso!


Además de las toallas, había cerámicas, objetos de decoración, papelería, algunas cosas de almacén (con onda) y lo que me parece es jugo de mandarinas. Tengo que rechequearlo con Pao :p RECHEQUEADO CON PAO: es un jugo de mandarinas pero más gelatinoso. 





iori


Velas en el Templo Ishiteji
La próxima parada fue el Templo Ishiteji al que llegamos con el anochecer. Pao nos cuenta que es es uno de los más famosos en Ehime para la peregrinación de los 88 templos de Shikoku. Ya no había nadie y estaba muy poco iluminado, aunque abierto y muy sereno. Confieso que sola no entraba ni en pedo (¡tengo el síndrome de poltergeist!) pero con Pao fue un privilegio. Nos dio sahumerios para encender el atado completo y plantarlo prendido en un espacio con base de arena. Es una ofrenda y su humo limpia el alma. También encendimos velas y recorrimos los altares. Sentí mucha paz y gratitud. Fue lindo pasar a agradecer por haber llegado…







Caminata por zona comercial de Matsuyama
Este fue nuestro primer encuentro con callecitas peatonales techadas llenas de negocios sin puertas: todo abierto y apetecible al gusto del consumidor :)








¡Acá reinan las mandarinas!




Tecito en Dougonomachiya
El siguiente punto en el recorrido tan nutrido fue ir a Dougonomachiya, una casa de té tradicional (por sus tatamis para sentarnos, pisos de esterilla que pisamos sin zapatos y fuerte presencia de madera en muebles y construcción)… ¡tradicional pero con mucha onda! ¡Mucha!



Acá Mr. P probó una cerveza local, Pao y Takeshi se pidieron un café, y yo fui por el té, offfffvio. Los chicos pidieron para todos, si no me equivoco, mochis con pasta de porotos (anko). Tengo que rechequear el dato con Pao (¡RECHEQUEADO CON PAO, Y COOOOORRECTO!), pero estoy casi segura que es eso y, también que mi paladar no está lo suficientemente cultivado como para apreciarlo :D Pero hay que probar de todo, ¡y más si estás de viaje!




En fin, el lugar es espectacular. ¡Súmenlo a full a su lista de Matsuyama!
  
Dougonomachiya
D: 14-26 Dogoyunomachi Matsuyama Ehime (a 155 metros del Dogo Onsen), Matsuyama.



Kimonos en Dogo Onsen Honkan
Dogo Onsen Honkan es un baño público de aguas termales que se dice tienen propiedades curativas. Pao nos contó la leyenda de la garceta (pájaro blanco) que se lastimó su patita y que la sumergió en estas aguas termales todos los días hasta sanarla y poder finalmente seguir su vuelo. La gente que vio a la garceta curarse empezó a imitarla y a darse estos baños para mejorar su salud. El rumor se esparció y el onsen se hizo popular. ¡Y nosotros fuimos! :D



Pao y Takeshi nos hicieron conocer este lugar increíble, súper tradicional, donde tuvimos que ponernos kimonos (obvio descalzarnos antes). Si hubiéramos tenido más tiempo hubiéramos ido a las aguas termales, pero nos dio para la foto y el tecito que te dan con tu entrada. Con eso estuvimos más que satisfechos :D Pao nos contó que es habitual que los japoneses vayan a baños termales, y que hay algunos que son súper sofisticados (podés elegir qué baño ir de acuerdo a su fragancia). Habrá que volver ;)




Dogo Onsen Honkan


Cena en Soh Soh
Después de volver a nuestros atuendos y esfumar la fantasía de la vida real japonesa que nos pintan en El Último Samurái de Cruise, volvimos a la civilización que me gusta a mí… ¡la estética y la gastronómica! Pao y Takeshi nos llevaron a cenar a Soh Soh, un restaurante con tanta onda que me agarró un ataque cuando entré.





Amé los muebles, amé los detalles de diseño, amé el exhibidor de revistas, amé la mesa donde nos sentamos (previamente sacándonos los zapatos), amé el baño tan limpio con su inodoro del futuro, y amé todo lo que pidió Takeshi. Tiene el don de pedir comida como una verdadera madre italiana. ¡Mangia tutto che ti fa bene!



Es-pec-ta-cu-lar todo. TODO. Comimos para el campeonato chicos, no les puedo explicar. Y todo con palitos, ¿eh? Suerte encontrando un tenendor :p Pero mejor así, las culturas también se comen y me encanta ser parte de ellas, aunque coma más despacio :D

Soh Soh de Green Label
D: 3-2-10 Ōkaidō, Matsuyama.
H: Abre todos los días de 11 a 22hs (últimos pedidos a las 21hs).


Dulces sueños y un hermoso despertar en casa de familia
Después de pasear, subir, bajar, comprar, mirar, fotografiar y comer como para aguantar tres días sin bocado, llegamos a la casa de los chicos, la más tierna y dulce del planeta tierra. No tengo fotos pero pueden mirar todas las que sube Pao en su Instagram, ahí tendrán detalles de una casa hecha pedacito a pedacito con mucho amor, detalle y color. Acá se respira felicidad y tuvimos el privilegio de contagiarnos esta dulzura y buena onda por una noche y su mañana. ¿Qué desayuno de hotel 5 estrellas…? ¡Este está mucho mejor!
  

Al dulce de leche, que le llevamos, ni lo tocamos. Sabemos lo que gusta y se disfruta el triple viviendo lejos. Tenemos códigos :p



Mañana continuamos la historia con este nuevo día, destinado a la maravillosa Miyajima y a su noche en Hiroshima. Espero que les haya gustado este primer pantallazo japonés y que definitivamente pongan a Matsuyama en su lista de ciudades para conocer :)



Infinitas gracias Pao, Takeshi, Facu y PSII por recibirnos, mimarnos, malcriarnos, pasearnos, alimentarnos y nutrirnos con sus historias, costumbres y buenísima onda. ¡Gracias por ser parte esencial de este sueño!


Kokoro – Origami & Etcéteras







Fotos por Vero Mariani. 

16 comentarios

  1. Ohhhhhhhhhh que maravilla todo! todo! todo! ojalá algún día pueda hacer semejante viajazo... A Pao la conocí hace 3 años en uno de sus viajes a estos pagos! qué decir? lo mas de dulzura como todos sus posteos, fotos y creaciones! (y coincidimos que su infancia transcurrió acá el el sur bonaerense!!!!). Ojalá tenga que volver a estos post en busca de datos! beso grande Vero!

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  2. Precioso lugar.Único!
    http://soldenochedecocrochet.blogspot.com.ar/

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  3. Impresionante post! casi me sentia ahi y sin viajar! gracias!!!

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  4. Wow! Qué lindo, ahora quiero ir, así no se puede :D

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  5. No sé si quiero leer este post... ya sólo con las primeras lineas y después mirando rapidito mientras bajaba hasta los comentarios me agarró un deseo desenfrenado por viajar a las tierras de Pao! Cuanta lindura, por favor!!! Y encima con el bonus track de tener semejante anfitriones, lujo asiático posta (je).
    Que bueno que hiciste este viaje, y que buenísimo que lo compartas con el resto de los mortales.

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  6. Segundo post, y una necesidad inmensa de ir. Solo se me viene a la mente tus palabras, no tengo que ahorrar toda la vidaaaaaa!! Par favar, fotasas y un super relato!

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  7. Jejeje ,te hubieras animado a bañarte? Porque se dividen hombres de mujeres y se bañan desnudos! Yo no jeje!........

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    1. Mmmm... desde el otro lado del mundo te contesto que sí jajaja!

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  8. Amé la caja de las mandarinas! Si, así de básica soy.

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  9. que hermoso Vero!!! y que anfitriones de lujo!!! Estas hecha toda una embajadora de Japon! nos estan dando ganas de conocer a muchas!!

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  10. :) :) :) :) gracias por su buenísima onda chicaaaaaas <3 Pao es TODO, on y off line :) Ojalá todas puedan viajar en algún momento de sus vidas a este maravilloso y tan único país <3

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  11. estoy flipando en color naranja.

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