CRÉDITO APERTURA

Apertura: Vero Mariani.

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ALMA SINGER TAKE ME OUT

Japan on the road | Kyoto

  • 1/2/16 -


PLAY | Walking On A Dream – Empire Of The Sun

¡Muy buen lunes chicos! Espero que hayan pasado un gran fin de semana y que estén con ganas de retomar el viaje :) Hoy nos espera Kyoto, ciudad que supo ser la capital de Japón y la residencia del emperador desde 794 a 1868 (fuente info). Nos contaron del valor histórico de la ciudad, de su esencia todavía auténtica más allá del avance de la modernidad y de la cantidad de templos que brindan paz, recogimiento, respeto o, por lo contrario, un sistematizado y frío tour turístico. Kyoto fue un must del viaje, y me alegra que le hayamos dedicado dos noches. Su vieja estampa respetada, sus mercados callejeros, sus joyitas encontradas, sus templos citadinos que forman parte de la religiosidad cotidiana de sus habitantes (y no sucumben al flash de los turistas) y la amabilidad de su gente hace que se posicione tranquila entre mis tres favoritas de Japón.





Básicos de Kyoto

Fecha: Jueves 17, Viernes 18 y Sábado 19 de Diciembre 2015.
Cómo llegamos: Nos tomamos un shinkansen (tren bala) desde Osaka que duró 15 minutos.
Dónde dormimos: De casualidad elegimos al Hotel Gran Ms Kyoto (link de Booking.com). Sabíamos por las fotos que era espectacular, que no tenía desayuno porque no tiene restaurante (pero sí varias mesas grandes que actúan de comedor para el que se quiera llevar su comida), y que tenía muy buenos precios, pero ya viviendo ahí ¡nos dimos cuenta de lo bien ubicado que estaba! ¡Re! Estás a pasos de todo lo céntrico importante, y además el bondi desde la Estación de Kyoto te deja a media cuadra. Ese dato se agradece mucho cuando arrastrás un tomuer de 18 kilos :D ¡Ah! Hablando de gente que descansa en paz, sepan que uno de los frentes del hotel da a un cementerio chiquito citadino. Ay. Pero va una buena noticia: como los del hotel tienen sentido común, las ventanas que dan a ese frente tienen un vinilo blanco que deja pasar la luz del día pero no te deja ver para afuera la “pintoresca” realidad. Si no sos tan chusma como nosotros, no la abrís y ni te enterás. Y si te enterás, igual te olvidás a los dos minutos: llegás tan cansado de patear la ciudad que ni te acordás de tus vecinos. En fin. El que avisa no traiciona :D ¡Y que conste que volvería a elegir a este hotel!
Sensación general de la ciudad: Me dio eso que vine a buscar a Japón: el viejo Japón, el tradicional, el que fue testigo silencioso de su historia, el que respeta sus raíces, el que perpetúa los oficios y lo artesanal, y el que busca darle un poco de paz a peregrinos. También van a ver edificios modernos, shoppings, Mc Donald’s, WiFi en todos lados, locales de jueguitos y máquinas de chiches y pavadas, y todas esas cosas que hacen a su (y nuestra) realidad moderna, obvio. Pero la esencia del Kyoto que nosotros vimos se mantiene fiel a esa idea de un Japón milenario, orgulloso y poderoso. No se les va a escapar, se los prometo.
La joyita: El Bamboo Grove de Arashiyama. Un sendero escoltado por una arboleda de imponentes bambús, duros, altos, verdes, inmensos, ¡majestuosos! ¡Emocionante nivel piel de gallina! Hubiera llorado si no hubiéramos sido muchísimos los que teníamos el dato :p Es un paisaje de otro mundo, acá hay secretos no revelados del cosmos, ¡lo sentís de verdad! Es un paseo que realmente hace que valga el esfuerzo viajar a este conjunto de islas maravillosas…
Algo increíble: Pontocho, una callecita peatonal bien finita que corre desde las calles Shijo-dori a Sanjo-dori, a una cuadra del río Kamogawa. Fue la primera vez que vimos en Japón este tipo de callecitas, bien como me imaginaba era Japón, iluminada con lámparas de papel y aromas tentadores a cada paso. Sucede que Pontocho está dedicada a los placeres culinarios :) Me cacho en diez que esa noche no teníamos efectivo encima, ni posibilidad de cambiar dólares, como para cenar ahí (después nos avivamos que en nuestro hotel podíamos comprar yenes… Deus). 
Qué fue lo mejor que comimos: Las batatas fritas con salsa de mayonesa y miel que comimos en Gaburi Chicken, un lugar con todísima la onda desde el look hasta la clientela. La joyita igual son los tres chicos que atienden y cocinan ahí. Ya les contaré más ;)
Qué fue lo mejor que compramos: Estoy entre las donuts con caritas tiernas de Floresta (¡morí de amoooooor!) y los retazos de telas DIVINOS que compré para amigas en una mercería / paraíso para crafters de la misma zona comercial donde compré las donuts.
Ciudadano ilustre: El bondi. Lejos. El señor colectivo de Kyoto tiene muchas líneas que conectan toda la ciudad, y lo bueno de ir sobre la superficie es aprovechar cada viaje para conocer un poco más. Pao ya nos había anticipado las bondades del bondi de Kyoto (y nos había dado un mapa para ver sus líneas y conexiones). Apenas lleguen busquen ese mapa en la oficina de Turismo de la estación de tren y consulten o tómense el tiempo para identificar cuál es la parada de su hotel, y cuáles son las paradas que quieren conocer. TODO está conectado. Dentro del bondi tendrán pantallas en japonés e inglés, que les indicará el recorrido y las “estaciones” (se detiene en todas las paradas aunque nadie suba o baje). Es imposible que se pierdan su parada, porque además el conductor tiene micrófono y NO SE CALLA NUNCA. Sólo habla en japonés, claro, pero su voz los mantendrá despierto y después de 30 minutos un tanto irritados jeejejeje (NO SE CALLA NUNCA POSTA, habla casi todo el tiempo (¿qué dirá?) y a cada pasajero que se baja le dice “arigatou gozaimaaaaaaaaas” (muchas gracias): si se bajan 10 flacos se lo dice a los 10 jajajaajajaj). Eeeen fin. Amen al bondi.
Links de utilidad:


Nota importante antes de empezar: NO fuimos al Castillo de Nijo, NO fuimos al Palacio Imperial, ni al Palacio Sento (por ende no vimos sus jardines), ni subimos a la Torre de Kyoto. Creo que ni la vimos de lejos. Eso quiere decir que nos quedó mucho por ver, así que consideren tres o cuatro noches en Kyoto para hacer más fecunda su exploración.



La ronda…

Hotel Gran Ms Kyoto

  Este es el Hotel Gran Ms Kyoto (link de Booking.com) donde nos quedamos. El segundo más lindo de todo el viaje y el más cómodo en ubicación.

 La atención es muy buena (y en turno mañana hablan inglés… raro que de noche “just a little”…), tiene cama cómoda, cuarto chico y mesas amplias para comer en el lobby. Además tiene lavarropas y secarropas, que pueden usar gratis. Sólo tienen que comprar el jabón en polvo en algún mercadito. ¡Suerte encontrando al jabón en polvo! :p En fin. Insisto: SÚPER recomendable.


Los cartelitos de hotel acá son imantados, ¡me pareció un flash! ¡Y el baño de otro mundo! Tengo la sensación que este baño lo compraron así completo y lo empotraron en la construcción del hotel.


¡Acá está la botonera del inodoro mágico! Bidet con dos intensidades incluido :p


Después de hacer el check in, nos fuimos a pasear por la zona del hotel, para tomarnos el día más relajado (habíamos llegado cerca del mediodía). A una cuadra del hotel nos encontramos con la Shinkyogoku Arcade, una zona comercial techada con muchos encantos…





¡Me fui de Japón sin comprarme un abanicooooo grrrrr!


Templo en el medio de tanto comercio. Después de dos noches y sus tres días, esto nos pareció muy habitual en Kyoto.



 Pavadas que me re hubiera comprado :p




Negocio de maquinitas con pinzas para sacar más pavadas. No les puedo explicar LO QUEMA GORRA que son los lugares así. Cada máquina tiene su canción (pro epilepsia japonesa) y la tiene al mango. A razón de 20 maquinitas por lugar, ¡imagínense el ruido!

Más templos, más negocios, más puestos de comida hecha a la vista…








Floresta nature doughnuts



¡Y el paraíso de las donuts! ¡Con caritas! ¡Gracias Dios por ponernos a Floresta en nuestro camino!


Las vi y tuve que comprar dos, ¡tuve que hacerlo Señor Juez! Y cuando las compré, me llevé la sorpresa de su envoltorio: me las envolvieron cuidadosamente en papel finito para protegerlas, y las guardaron en una caja de la marca tan pero tan linda, que si no se hubiera manchado la base por el aceite, me la hubiera traído entera. Así que sólo zafó la tapa :p

En el desayuno del día siguiente les cuento qué tal estuvieron ;)


Floresta nature doughnuts
D: No me acuerdo bien ni encuentro la dirección online pero está muy cerca del Hotel Gran Ms Kyoto, en creo la Shinkyogoku Arcade. Si mal no recuerdo, desde la puerta del hotel hay que ir para la derecha, doblar a la izquierda en la primera (esa es la galería comercial techada) y desde ahí seguir en dirección a la Estación de Kyoto, un par de cuadras (pueden ser dos, pueden ser cinco), y de mano izquierda verán el puestito de donuts. Tiene local, cosa que no me di cuenta en ese momento porque vi el mostrador de despacho en la calle y pensé que era sólo eso… las donuts y la compra en sí no me dejó ver otra cosa :p 

Blogueros opinando sobre Floresta:


Seguimos recorriendo la zona, con un norte (y nuestro almuerzo) en vista: el Nishiki Market…



¡Y acá está!

Nishiki Market
Este es otro paraíso para los que amamos comer, ver cómo preparan los platos y que se animan a probar cosas que jamás vieron en sus vidas. Es un mercado callejero techado con mucho encanto, bien autóctono y con más gente mayor sirviendo y atendiendo que gente joven. Algo debe querer decir eso…









Acá elegimos comer en un bodegón japonés que nos resultó conveniente en platos, dinero y vibra del lugar…


 ¡Cuánta onda puede tener este lugaaaaaaar!



Acá probé el famoso ramen y nope, por más que lo haya intentado sorbo tras sorbo, no me gustó. El caldo no me gusta ni acá ni en Japón, y se acabó :p Por suerte habíamos pedido un okonomiyaki que acá en Kyoto lo trajeron más como un revuelto que otra cosa. Mooooooooooooy rico. Tanto que me acordé de sacarle foto con la cámara después de comer :p

Antes de terminar de comer, Mr. P se puso en contacto con amigos de River que ya estaban en la zona. ¡Muy loco verte con amigos allááááááá! Lindo encuentro :) Miguelito, Angelito y Juan llegaron al toque, así que nos mudamos de mesa y, mientras los chicos comían y charlaban, yo aproveché esos 20/30 minutos para ver más del mercado…





Me topé con una casa de caramelos en latas que me encantó muchísimo…




No pude resistirme, me compré una lata de caramelos de frutillas :D #soydemanual


Nishiki Market



Ya fuera del Nishiki Market me encontré con una librería…


¡Heidiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!




Y una casa de muebles y diseño con mucha onda. MUCHA.
  

Te debo el dato, sorry jejejej


Volví al bodegón, nos fuimos todos y nos despedimos de los chicos. Nosotros enfilamos para volver al hotel, y descansar un toque. En ese trayecto nos encontramos con, a mi entender, dos tesoros…

Una mercería / tienda de materiales para crafters
No me maten: no tengo el nombre, no tengo la dirección, sólo sé que queda entre el Nishiki Market y el hotel. Y que acá muchas de ustedes pueden llegar a morir de locura MAL…





Telas, telas, telas por todos lados. Lana, hilos, tijeras, metros, estanterías de madera, muchos metros cuadrados de materiales de gran nobleza. Y yo. La menos manual de todas. No fui digna, lo sé :p


Al salir extasiada de ese lugar, Mr. P me consintió una vez más: volvimos a pasar por la casa de té Lipton y bueeeeee, no podíamos seguir viaje sin merendar (¡te amo mucho P!) :D





Me pedí un cafecito y una porción de torta que te la traen ya separada con un divisor de plástico para comidas. No me gustó mucho eso, pero vi que es habitual en Japón. ¡Y qué rica estaba la cheesecakeeeeeee de arándanos!


Después del ataque goloso volvimos al hotel a descansar un rato. Tuvimos que obligarnos a activar porque allá cierra todo bastante temprano, y la cena no se puede saltear :p Salimos inspirados, porque pronto encontramos un bolichito a pocos metros del hotel que ganó por su look y buen clima, lleno de coetaños de buen humor…



Gaburi Chicken
Les voy a mostrar lo que es este lugar:










TODA la onda, ¿no? Bueno, además tiene buena onda en el trato y una carta chica pero concreta, ¡y deliciosa! Nos pedimos unas batatas fritas con un dip de mayonesa con miel casera que fue como verle la cara a Dios + una ensalada Caesar con el pollo frito que hacen estos chicos (es la especialidad de la casa) y lo que vendría a ser una provoleta pero con mozzarella y tomate. Todo exquisito, y resuelto en muy buen tiempo…




Además del buen trato como cocineros / camareros, los chicos nos demostraron su buenísima onda al darnos dos vasos gigantes de la casa ante la pregunta de Mr. P de cuánto costaba para comprarse uno…


Sonrisa, sonrisa, wait wait, y el flaco volvió no con uno, CON DOS, envueltos para despachar. Así sin más. Sonrisa, sonrisa, THANK YOU SO SO SO MUCH, una mooooy buena propina y gracias chaval, te vamos a recomendar hasta el final de nuestros días. Así que ya saben: ¡vayan que van a comer muy muy muy bien y se van a alimentar también de generosa buena onda!



Gaburi Chicken
D: Está sobre la avenida Kawaramachi, entre Aneya-koyi y Oike-dori (si mi mapa no me falla).


Segundo día en Kyoto…

Desayunamos en el lobby del hotel, Mr. P un sandwichito y yo una de las dos famosas donuts que había comprado el día anterior:



¡PRUEBA SUPERADA! Era muy ricaaaaaaaaaa además de linda :D



Ronda por templos de Kyoto
Estoy viendo la hora y no puedo creer lo tarde que es y todo lo que me falta contarles, así que le voy a meter fuego y enfoque, que ese día vimos muchísimo…


[1] Arashiyama
Nos tomamos un bondi desde la esquina del hotel y nos fuimos bien a la punta, a conocer el famoso bosque de bambú que me había enloquecido en fotos. Para esto tuvimos que ir a Arashiyama, no sé si es un pueblito o un barrio de Kyoto, pero es un encanto…












Los senderos están muy bien señalizados en inglés, y el mapa oficial de Kyoto incluye un recorte de esta zona. Siguiendo estas guías, llegamos a un sueño hecho realidad…




Bamboo Grove Road







Sin palabras. Este lugar tiene una energía única, y a pesar de estar lleno de gente, lográs emocionarte. Vayan, por todo el bambú del mundo, ¡vayan!


Templo Tenryu-ji
Este templo es vecino del caminito de bambús y tiene unos jardines hermosos…












Santuario Nonomiya
El que más me gustó de Kyoto, me dio mucha paz y no se sintió el peso del turismo. Es hermoso…














Kinkaku . The Golden Pavilion . Templo Rokuon-ji
Dorado y majestuoso. Mis fotos no le hacen justicia. Es impresionante, un toque menemista :p y  también uno de los puntos más populares de Kyoto. Fue difícil no sentirse parte de un rebaño de turiiiiiistas. Acá no van a encontrar paz, pero van a encontrar postales tras postales para sacar…





Para cuando volvimos a Kyoto ciudad, ya había anochecido, lo que le puso mística a lo que estaríamos por conocer…

Gion
Gion es el famoso distrito de las geishas, en Kyoto. Lo van encontrar en la avenida Shijo entre el Santuario Yasaka y el río Kamo. Acá hay, como en todos lados, muchos negocios y restaurants, pero también hay casas de té atendidas por geishas (geiko, en dialecto de Kyoto) y sus maikos (sus aprendices). Me hubiera encantado encontrar una de estas casas, pero no fue nuestra suerte…





Gion

Nosotros fuimos a ver la demostración de cultura japonesa en Gion Corner…


Gion Corner
Esto es Gion Corner


Gion Corner es un lugar donde podrá disfrutar de siete tipos diferentes de artes interpretativas, en particular de la danza kyo-mai que ejecutan las bailarinas maiko. Aquí podrá ver un compendio de artes interpretativas tradicionales en un único escenario. Situado en Yasaka Hall, junto al teatro Gion Kobu Kaburenjo, el lugar tiene una atmósfera muy internacional, ya que atrae tanto a japoneses como a turistas extranjeros.


Cuando le preguntamos dónde podíamos ver un baile tradicional de geishas, el recepcionista del hotel nos recomendó esta demostración en Gion Corner (no pongo show porque no es un show, pero es algo así).  Nos dijo que no se podían reservar entradas, que tenías que ir media hora antes de que empiece para asegurarte conseguir una. Hay dos demostraciones por día (a las 18hs y a las 19hs) y sólo dura 45 minutos. Hay un precio especial para turistas: 2500 yenes (valor diciembre 2015). Esa es la data dura que tienen que tener. Ahora va la opinión post experiencia…





Te dan un folleto al entrar donde te explican (¡en castellano!) que estás por ver: la ceremonia del té, el arte de los arreglos florales, una demostración de la cítara koto (antigua cítara japonesa de seis cuerdas que se toca tradicionalmente con púas de marfil que se ponen en los dedos), la puesta de un vestido de geisha que se lo ponen a dos chicas del público, una demostración de música gagaku de la corte con un baile incluido, una obra de kyogen (una comedia corta tan física que entendés sin entender nada de japonés) y para terminar un baile el kyo-mai (original de Kyoto), realizado por una bailarina maiko vestida con ropa tradicional y adornos en el pelo. O sea, todo lo que verás está escrito en el folleto (¡gracias Dios, así entendés!). Y… bueno… la demostración en sí es medio lenta. No dura mucho, pero es lenta. Es claramente una demostración de una cultura tan distinta a la nuestra que tenemos pocos puntos de encuentro; y no comulgo con la música que escuché, capaz que por eso se me hizo denso (hasta la comedia que me hizo reír). De todas formas estuvo bueno verlo y conocer más de sus modos y artes. Fue una buena decisión :)

Gion Corner

Al salir de ahí enfilamos para la callecita mágica Pontocho…


Pontocho
Esto es lo que les contaba más arriba, una callecita con encanto iluminada por lámparas de papel y una vibra a ciudad milenaria que se palpa en cada puerta, en cada ventana…







Acá nos hubiera encantado cenar pero estábamos sin efectivo. Terminamos comiendo pizza en un restaurante de shopping…


Second House
Debo admitir que extrañaba las harinas, ¡extrañaba la pizzaaaa! ¡Jajaja! Así que comimos dos (son muy finitas) en un lindo lugar…





Noten los canastos junto a las mesas. En muchísimos restaurantes de Japón te ponen canastos a tus pies para que dejes tu cartera o mochila. ¡Brillante!


Última mañana en Kyoto…
Recorrimos un poquito más, vimos algunos templos de la ciudad y fuimos a visitar el cementerio frente al hotel (¡idea de Mr. P! Por mí ni loca, ¡insisto con mi síndrome de poltergeist!)…


















Acá cerramos la movilizadora visita a Kyoto, ciudad que tiene muchísimo más para dar y que, así y todo, nos dio un montón. Es hermosa, es noble, es calma cuando tiene que serlo y es ruidosa… ¡arriba del bondi! :P Gracias por seguir el viaje conmigooooooo :D







Fotos por Vero Mariani.


9 comentarios

  1. Lo del bondi pasa acá en Córdoba también el tema es para los que somos de Bs As nos parece super raro!!!
    Mi favorita...por ahora ;) Esos paisajes, los lugares que fueron a comer...Me encantó
    http://soldenochedecocrochet.blogspot.com.ar

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    1. jajajaj ¿en Córdoba también tiene micrófono o para en todas las paradas? (espero que sea la segunda jajaaja). Gracias Sol por contarnos más de lo que pasa acá :D

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  2. Yop tb grite como una loca Heidi jajajaja.
    Aplaudo cada uno de tus posts...son una delicia, gracias por tomarte tanto trabajo. SEgui asi.
    Saluditos muchachita

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  3. Vero ! Esperaba con ansias este post. Divino todo!!! Amé las donuts y el bosque de bambú <3 Cariños, Silvina

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  4. Eeeeeh me alegra que les estpe gustando el viaje chicaaaas :D

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  5. Fotos para enmarcar Vero, es tremendo el viaje, sigamos!!

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  6. Que fotazas Vero, y con tus palabras, posta que viajas unos minutos!! Un placer esta recorrida!! Beso!

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  7. Hola Vero! Vengo siguiendo tu viaje a Japón (esta semana me atrasé así que recién terminando de viajar con la pantalla por Kyoto), maravillada con tu experiencia y por cómo nos lo estás transmitiendo.
    Quería hacer un pequeño y humilde aporte: en una de las fotos del santuario Nonomiya se alcanza a apreciar una serie de animales parecidos a zorros en color blanco, supongo de cerámica o algún material similar...
    Te cuento que esos son representaciones de kitsune, un ser mitológico japonés con forma de zorro. Esta criatura protege a los campesinos y es mensajera de Inari, dios que representa la fertilidad, el arroz, y el éxito.
    Cuenta la leyenda que estas criaturas se encuentran al pie de un árbol en Oji, Tokio, el último día de cada año y, en su peregrinación, sus colas emiten llamas que permiten que los agricultores puedan predecir el éxito o fracaso de sus cultivos.
    Eso es parte de la leyenda... lo que sí es muy real es que vas a encontrar kitsune en las puertas de santuarios a modo de protección, y por ejemplo en terrenos donde se están por construir grandes edificios, como shoppings, como signo de buenos augurios para ese nuevo proyecto. Así me lo contaron :)
    Japón tiene una historia de folclore, leyendas y seres mitológicos súper interesantes! Al que le dé curiosidad, le recomiendo que googlee acerca de esto.
    Saludos desde La Plata! Melina.

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